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Saturday, May 5, 2012



“Sería peligroso y contradictorio con el verdadero sentido de la acción formativa instalar en el sistema deformación unos mecanismos que generasen sometimiento, temor, injusticia, discriminación, arbitrariedad y desigualdad. La evaluación no es un fenómeno aséptico, que se puede realizar sin preguntarse por los valores, por el respeto a las personas, por el sentido de la justicia. La evaluación es también un fenómeno moral porque tiene repercusiones importantes para las personas, las instituciones y para la sociedad. En la evaluación existe un poder que debe ponerse al servicio de las personas y debe ser ética.”
S. Guerra